¿Porqué hay crisis en los consulados?

Con la creación del Decreto de Gabinete número 75 de 1990, se trató de unificar el sistema de cobros de los Consulados Panameños en el exterior. La idea era principalmente la de controlar una serie de cobros que venían haciendo los Consulados Panameños, además de la uniformidad de tarifas, el nuevo decreto estipulaba que tanto el Cónsul como los demás funcionarios, pudieran todos los meses recibir una comisión extra directamente relacionada con los ingresos netos de sus Consulados y de esta manera oficial poder incrementar sus ingresos personales.

Obviamente, esta práctica que fue bien recibida por los funcionarios de los Consulados, hasta cierto punto escapó de la comprensión de los abogados panameños y muchos de ellos, incluso hoy, no tienen idea del mecanismo de funcionamiento de dicho Decreto.

Pero quizás sea importante que partamos de una base, en la cual creo que la mayoría de la opinión publica de Panamá esta errada. Los Consulados no son una mina de oro. Si comparamos los salarios que se les paga a los cónsules y a los funcionarios en el exterior con sus homólogos de otros países, veremos que nuestros funcionarios pasan “paramos” para llevar una vida que no es nada cómoda cuando se vive en el exterior. Como ejemplo Londres, donde es imposible arrendar un apartamento de una recamara por menos de quinientos dólares semanales, a eso se debe sumar los gastos de electricidad. teléfono, agua, gas, etc. El precio de un sandwich en Londres comprado en un supermercado cuesta como unos cinco dólares, un ticket de autobús cuesta más de un dólar cincuenta. Una lata de soda cuesta más de un balboa. Un taxi puede costar de 10 o 15 balboas en un recorrido que en Panamá costaría un balboa veinticinco centavos. Y no hablemos de lavandería, de reparar zapatos, de peluquería, de ropa, de calzado, ni de otras cosas a los cuales el panameño en Panamá lo ve como algo normal y corriente, pero en esta ciudad son verdaderos lujos.

Una vez que se ha establecido que el costo de una vida sin lujos en este país es sumamente elevado. Es indispensable pensar que obviamente los salarios que se deben pagar a los funcionarios deben ser altos, y en Panamá esto no lo entienden. Parten de la idea de que cómo un funcionario puede ganar 400 dólares allí y en Londres el sueldo es 5 veces más? Pero claro no toman en cuenta que el costo de vida y subsistencia es cinco veces más o sea que aunque no es lo mismo a las finales SI ES IGUAL, incluso peor!

Con el Decreto de Gabinete número 75 de 1990, la idea de poder tener unos ingresos extraordinarios, nos trae a colación que sí el Consulado recauda Cien Mil Balboas netas (B/. 100,000.00), el Consulado tiene derecho por ley a una retención de doce mil dólares, los cuales deben repartirse en forma como lo indica la ley, es decir 70 % para el Cónsul y el 30 % para el personal del Consulado. Que fácil todo verdad? Pero el lector no debe de hacer cálculos en su mente rápidos, porque para poder recaudar cien mil balboas hay que “patear” mucha calle. Imagínense que cuando se inscribe una hipoteca aproximadamente se recauda unos tres mil dólares, es decir, que se necesitan algo así como cuarenta hipotecas para llegar a un recaudo de ciento veinte mil dólares! balboas.

Si un abanderamiento puede oscilar entre ocho mil y trece mil balboas, imagínense cuantas naves se necesitan al mes! Y no hablemos si el naviero solo quiere una prorroga, que sólo cuestan 250 balboas, cien prorrogas equivaldrían a veinticinco mil

Por lo tanto, el Decreto de Gabinete es un arma de doble filo. Si, claro que ofrece la oportunidad de recaudar. Pero también es necesario trabajar mucho y a final de mes el “debe” no cuadra con el “haber”.

Esa es quizás una de la crisis que afecta al personal de los consulados, pero realmente se puede hablar de al menos tres crisis más.

Por ejemplo, una crisis es la falta de presupuesto. Todos sabemos que sin presupuesto no hay suficiente recursos para hacer mercadeo, para invitar a los clientes, para ir a los foros y lugares donde se reúnen los clientes y los usuarios. Sin mercadeo no tenemos panfletos que se puedan entregar a los clientes, sin presupuesto no tenemos equipo especializado, computadoras, Internet, etc.

Y pasamos a una tercera crisis, la crisis de la competencia. El Decreto de Gabinete no. 75 de 1990, al estimular a la producción de los Consulados, además los limita es decir, la guerra entre los Consulados se ha hecho fiera. Todos los Consulados necesitan recaudar para aumentar sus ingresos, y el volumen es el mismo, por lo tanto, la competencia es bastante reñida, lo que causa una mala imagen ante el usuario, cuando recibe las llamadas de los Consulados solicitándoles que usen sus servicios y no los del país de al lado.

Obviamente, esto no acaba aquí. Los abogados panameños en muchos casos son los causantes de que los ingresos de los Consulados se vean mermados, ya que ellos cobran directamente a los clientes, y abanderan directamente en las oficinas de la calle 50 en Panamá, pagan los derechos correspondientes, y solicitan que el telex de autorización se envíe al Consulado de su elección, y allí expidan los documentos bajo la premisa de un cobro solamente de cien balboas. Esta práctica es extremadamente desventajosa para los Consulados, quienes deben de trabajar lo mismo o más que para un abanderamiento que ellos originen desde el Consulado y que sólo les va a representar cien balboas. Sin embargo, luego los abogados exigen que se les de prioridad a su abanderamiento de cien balboas, sobre cualquier otra abanderamiento o transacción que el Consulado esté efectuando en esos instantes, y que le representa una entrada y un incremento en sus recaudos mensuales. Obviamente, no sólo de abanderamientos viven los Consulados. Los impuestos anuales también son una gran fuente de ingreso. Sin embargo, igualmente los abogados cobran estas sumas y las depositan directamente en Panamá, limitando el chancee a que los Consulados puedan aumentar sus recaudos.

Si analizamos la operación globalmente vemos que al hacer pagos directos en Panamá, el fisco se beneficia porque los Consulados al no reportar recaudos no pueden por ley descontar y retener las sumas prescritas por la ley. Así mismo, hay un gran problema; Panamá tiene aproximadamente 57 Consulados de Marina Mercante repartidos por el mundo. Todas esas oficinas consulares tienen que ser autosuficientes económicamente. Es decir, todos los gastos deben de ser cubiertos por los recaudos mensuales. ¿Qué pasa cuando el consulado no para de trabajar?, necesita un personal numeroso y no da a basto en trabajo, pero…..todo lo que tramita lo han pre-pagado en Panamá. Y al final de mes Panamá no va a enviar ni un “cuara” para poder cubrir los gastos de ese Consulado Que difícil se le presenta al cónsul poder responder a los compromisos económicos que tiene el Consulado hacia el país donde opera. ¿No es fácil verdad?

Muchos comentarios se están quedando en el tintero. No es mi intención ni defender a unos ni a otros, ni tampoco acusarlos. Pero si tratar de explicar a los lectores que el sistema de marina mercante y de consulados rentados hoy por hoy esta a falta de revisión, y sobre todo a falta de trazarles metas y objetivos a corto, medio y largo plazo. No hay una política que unifique a los Consulados en cuanto a procedimientos ni cobros, no hay una forma de ayudar a los más débiles, que debido a su situación geográfica y falta de negocio marítima les cuesta subsistir. No es fácil ser Cónsul, la falta de presupuesto, apoyo, y entrenamiento son precarias en la mayoría de los casos.

No es fácil ser funcionario Consular, ya que no se les da entrenamiento, no se les paga sus prestaciones y tampoco se les da seguridad ni continuidad en el puesto de trabajo. Y para concluir, se podría agregar básicamente que no es fácil dar al usuario el servicio que se merece debido a la falta de recursos necesarios, presupuesto, personal capacitado y entrenado y sobretodo continuidad en el servicio.

Pero para no ser negativos, creo que se podría concluir diciendo que Panamá tiene una gran ventaja sobre las otras banderas y registros, que es la red de Consulados. Utilicemos pues esta ventaja, quizás una sugerencia podría ser la creación de un código de conducta para los Consulados, unifiquemos los procedimientos, ofrezcamos apoyo al cónsul para que sepa mercadear la bandera. Entrenemos al personal para que sean expertos en la materia y en el servicio al usuario, y sobre todo hagamos reuniones anuales en las diferentes regiones para que los Consulados actúen hombro con hombro, intercambien ideas, colaboren y trabajen unidos y juntos por Panamá. ¡Creo que es justo y necesario!


©©María Dixon/ISM Shipping Solutions Ltd. – 2001

Una versión editada de este articulo fue publicada en la sección de Mundo Marítimo de El Universal, Panamá, 11 & 18 julio de 2001 , con el permiso del autor